en una tarde gris de agosto un hombre emprendia su ultimo viaje que en vida el habia sido difamado por sus superiores, compañeros y sucesores. El era tocologo en la primera divison de maternidad del hospital general de viena austria. Dicha division le causaba no pocos dolores de cabeza, ya que las parturientas que alli atendia sufria con aterradora frecuencia una enfermedad mortal: la fiebre puerperal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario